Tuesday, December 2, 2014

Virajes de llegada

Las cosas van cambiando con más rapidez de lo que me gustaría,
aún así poco a poco la costumbre se apodera de lo cotidiano
y machaca los recuerdos de comodidad y de calor.

A ser honesto, venís en un momento incómodo.
Te miro y recuerdo todas las cosas que me hacen sentir miedo,
todos los caminos a los que les he huido
todas las excusas que me hacían escabullirme por las tardes
para no jugar backgammon
ni sentarme frente a la última mesa que me desacomodó los dados.

Recuerdo también las historias que se niegan a volver,
que se burlan del presente,
cómplices del fantoche que terminaron de formar
y que ahora postran con orgullo falso
como un adefesio en la barata feria del pueblo.

Se cuelan secretos que deberían ser contados,
y la inseguridad se pasea
como el miedo de las tres de la madrugada cuando no hay luz
y la soledad puebla los pasillos ventosos.

 Se cuela el temblor de mantener la mirada tranquila,
de dudar en tocar el timbre
o de hacer la llamada
para visitarte sin razón, ni ocasión especial
mayor que compartir una tarde juntos.

Aún con todo, te imagino picaresca
y añoro los labios tímidos de tu sonrisa carnosa
esperando que cuando se serenen las aguas
y la impaciencia le gane a la cobardía
te atrevas a faltarme el respeto,
tan sólo una vez,
para decirme que me quieres
con el mismo desdén fingido
con que yo lo hubiera hecho en cualquier otro momento….
...

Menos este.

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