Friday, April 24, 2009

Sobre el hábito de crecer

''Hoy dijo la radio que han hayado muerto al niño que yo fui'' Joaquín Sabina

Qué seguís de necio rompiendo páginas y llorando por los sueños de ser un niño perdido ¿Cuándo y de qué hablas? ¿No son los años los que se te cuelgan en las espinas? Ayer soñé con esas mismas espinas, con las que soñábamos cuando Laura se tiró del quinto piso y se fue caminando como si nada.

La piscina siempre estaba al lado de la casa. Así nos gustaba para poder ver la mesa de ping pong hasta que le crecieron raíces que no tenían espinas. Ya casi no me acuerdo de jugar ping pong con Roberto pero sí de querer ser un niño perdido.

Claro que la bicicleta no podía faltar aunque fuera difícil conseguir una. Siempre se me quedaba en otra casa y nunca me gustaba ir a pie a las mejengas que hacían los locos De la Vega con medio barrio. Y siempre la piscina a la par de la casa porque mi manía hidrofílico no me la quita nadie.
Fue el Negro el primero en tirar piedras al río. El día en que las hojas acusaron a las calles de borrar las líneas de una rayuela. Pero sin piedritas no podemos jugar y eran los árboles los que arrastraron el lastre y lo cambiaron por pavimento. Entonces las navidades se quedaron sin posada.

Y no entiendo, porque a ese loco de Sebas, con el que me tomo una cerveza de vez en cuando, lo conocí en una posada. Hicimos una caricatura, vendíamos chucherías, montamos negocios cuando no había nada que hacer y hasta cleteamos la montaña hasta cansarnos. Ahora solo de vez en cuando tiramos piedras al río y ya no vemos Nickelodeon ni Cartoon Network.

Entonces me acuerdo de los plays y las espinas, los perros que se escaparon y el zaguate de los De La Vega atropellado. Sentir la cara al viento meciéndome en una hamaca y jugar a Indiana Jones escalando el borde del río.

Ayer me encontré en el patio un balín de las pistolas plásticas de tardes eternas y me pareció ver al árbol de atrás del elefante sacar raíces con espinas, pero cuando bajé al río ya no habían piedritas para tirar ni jugar rayuela.

David Ching
2009

Saturday, April 18, 2009

Gitano

Gitano que no eres gitano
Joya de Andalucía
De lunas y romances te ufanas
Derrochando en dramas tu vida.
Tui quisiste ser abierto
¡Tan abierto! No ocultar lo que querías
Y una España de ojos tuertos,
Recién sacados te pedía

Gitano que no eres gitano
Que no fuiste alma de partido
Si alguna vez te llamaron villano
No entendieron el cometido
De un otoño de rosas blancas nevando
Cuando luna luna, luna hablaba con su niño
Ni el verde de un románce sonámbulo
Ni Yerma llorando a su niño

Gitano que no eres gitano
Tu guitarra está en nuestro pecho,
En tu fosa común no olvidamos
El ardor de los plomos violentos
Tu poesía reposa en el llanto
De los artistas que no están contentos
¡Te asesinaron! ¡Te asesinaron!
Pero dejamos tu balcón abierto.

David Ching
2009

Sunday, April 5, 2009

Un metro bajo tierra

Los perros se entierran un metro bajo tierra, porque tres es solo para los humanos. Ellos tienen derecho a morir con dignidad, cuando sufren mucho les dan un pinchazo y listo… se duermen para nunca más volver a abrir los ojos. Dejan de tener cara de idiotas y ya no corren de un lado a otro babeando y jadeando con la lengua afuera, solo se tiran y si tienen suerte alguien hace un hueco de un metro para echarles tierra.


Se les tira menos profundo que a los humanos, porque nadie cree que puedan salir. No tienen tantos méritos, durante su vida se pasan ladrando, preocupados por los insectos que sobrevuelan en sus ojos. Se echan en el piso sin que a nadie les importe y no se levantan hasta les dé la gana ¡Qué vida para que durara! Decía mi madre pero no sabía que a veces no dura. Te levantas un domingo cualquiera y el perro está cabizbajo y empieza a renquear. No le das importancia porque solo está deprimido, pero el lunes lo llevas al veterinario y el jueves tu hermano lo entierra porque la U te quita el tiempo para acompañarlo mientras lo pinchan.


Entonces solo queda esperar que el día termine para llegar a tu casa a ver dónde está el perro. Un metro bajo tierra.

David Ching

2009