Thursday, December 25, 2014

Estaciones fantasmas

Nuestras conversaciones quedaron olvidadas en estaciones fantasmas de buses que nunca llegaron y nunca salieron. Eran paradas que inventábamos para tener excusas para hablar y olvidar el carro en la casa. Nos quedábamos bajo la lluvia sabiendo que no iba a pasar nada más que el rato que compartíamos guareciéndonos bajo una misma sombrilla. Sonriendo para poder ver la sonrisa del otro.

Ahora, que de vez en cuando hago un recuento masoquista de todos los ‘‘muppies’’ imaginarios y las bancas inventadas donde nos negábamos a tomar asiento, te miro y me miro, y maldigo nuestra falta de creatividad, lamentando que esas paradas fueron lo único que pudimos inventar, porque cuando al final decidí subirme a uno de esos buses, aún había mucho que podíamos compartir y que ya nunca lo haremos.

Tuesday, December 2, 2014

Virajes de llegada

Las cosas van cambiando con más rapidez de lo que me gustaría,
aún así poco a poco la costumbre se apodera de lo cotidiano
y machaca los recuerdos de comodidad y de calor.

A ser honesto, venís en un momento incómodo.
Te miro y recuerdo todas las cosas que me hacen sentir miedo,
todos los caminos a los que les he huido
todas las excusas que me hacían escabullirme por las tardes
para no jugar backgammon
ni sentarme frente a la última mesa que me desacomodó los dados.

Recuerdo también las historias que se niegan a volver,
que se burlan del presente,
cómplices del fantoche que terminaron de formar
y que ahora postran con orgullo falso
como un adefesio en la barata feria del pueblo.

Se cuelan secretos que deberían ser contados,
y la inseguridad se pasea
como el miedo de las tres de la madrugada cuando no hay luz
y la soledad puebla los pasillos ventosos.

 Se cuela el temblor de mantener la mirada tranquila,
de dudar en tocar el timbre
o de hacer la llamada
para visitarte sin razón, ni ocasión especial
mayor que compartir una tarde juntos.

Aún con todo, te imagino picaresca
y añoro los labios tímidos de tu sonrisa carnosa
esperando que cuando se serenen las aguas
y la impaciencia le gane a la cobardía
te atrevas a faltarme el respeto,
tan sólo una vez,
para decirme que me quieres
con el mismo desdén fingido
con que yo lo hubiera hecho en cualquier otro momento….
...

Menos este.