Tuesday, April 10, 2012

Coitos interruptus

Extraño el sabor de los besos a media noche,
del sudor de los colchones empapados de pasión,
de las erecciones incontrolables y la santa eyaculación.

Extraño el suave confort de saberse querido,
el sonrojo tímido de las tetillas excitadas,
los clítoris fogosos de las entrepiernas difamadas.

Es mentira que los años acaban con la libido
o que la edad prohíbe ver pornografía.
Es como si nos burláramos del dios cínico
que predicaba un paraíso al que solo castos irían.

No hay más que hastiarnos, frustrados y solos,
masturbándose para matar las ganas ingratas.
Sonreír falsamente engañándose y receloso
esperando que el tiempo alborote la cama.

David Ching
2012

1 comment:

Anonymous said...

Sólido el Ching