Thursday, August 5, 2010

Venderle el alma al diablo

Echar panza como los señores que solo toman cerveza
Preocuparse por el almuerzo y las cuentas mal pagadas
Dejar de correr sonriendo bajo los aguaceros tropicales de noches alunadas y vacías
Estirar las horas del acontecer de los países perdidos en los mares de corbatas y trajes enteros
Desvelarse pensando en el recibo de la electricidad, teléfono y agua
No volver a jugar escondido
No apostar el todo o nada
Tirar la toalla
Emborracharse para desempolvar las memorias de los rincones con telarañas
Emborracharse para engrandecer el ego y sacar un pecho falso y lastimado
Dejar de tomar vino
Dejar que las páginas se pongan amarillas sin que una gota de tinta las toque
Mentir sonriendo los engaños ponzoñosos que dejan heridas abiertas
Desvelar las horas entre deberes insípidos que no dejan levantar la cara para saludar el día
Exhibirse con oropeles comprados en Fifth Avenue a precios de corazones rotos y sueños falsos
Empolvar el piano y los lapiceros viejos y finos regalados con el alma
Quitarle la sonrisa a los niños que están a punto de contar un chiste o una historia
Dejar de creer
Dejar de sonreír
Dejar de recordar
No volver a enamorarse
Olvidar la beleleza de la ciencia y el subilme sentimiento tras las artes
Abstenerse de las obras de teatro y las novelas de lágrimas bien lloradas
No atreverse a llorar
No atreverse a hacer el bien
Olvidar a los amigos
Meterse a jugar cobarde en las apuestas del azar y la decisión
Agachar la mirada y la cabeza frente a las tormentas de arena del desierto de Nevada o de los huracanes del golfo de México
Tenerle miedo a la verdad
Tenerle miedo a las paabras
Tenerle miedo a al vida
En fin… venderle el alma al diablo

1 comment:

nickyfc said...

Muy muy bueno.
Tirar la toalla es definitivamente venderle el alma al diablo.