Saturday, November 14, 2009

Manuales de Vida: Lección 1, sobre el cambio

El hábito de cambiar los libros por los juguetes es necesario para el enriquecimiento cultural. Incluso puede casi afirmarse que es parte del ciclo natural de los seres humanos. Por supuesto que es indispensable antes cambiar las labores, recordemos que una de las reglas básicas es correr antes de caminar y no olvidarse de perseguir a las mariposas (al menos cuando corremos).

Sé que es cómo un juego de palabras pero entender la teoría es necesario para aplicar la práctica. Que no se nos olvide.

No se trata de una simple transacción (al menos no como nos imaginamos) sino un cambio de mente, una nueva visión. Algo así cómo ver el amanecer nadando en el mar. Podemos tomar, por ejemplo, un lapicero azul de punta fina (esos que hasta da gusto usar). También puede ser negro para sentirse importante, pero algunos son muy aseñorados y, a nivel personal, no me gustan.

Antes de todo vemos una firma, un sello para poner en los cheques y los contratos. Cuentas claras, chocolate espeso. El lapicero es un proceso más en la burocracia de la vida, herramienta indispensable para sobrevivir en la jungla de personas que corren día a día. Claro que nosotros también corremos día a día a estas alturas.
Es aquí cuando empieza el cambio, porque si las condiciones son óptimas y el momento apropiado, el lapicero muta. Entonces resulta que un papel en blanco por allá sirve para escribir y ya no es una firma.

Ahora podemos crear y descubrimos los libros y las carpetas abandonadas, las páginas amarillentas y los cuadernos de insomnio. Y ya no vemos una simple firma, sino una extensión de la mano, una puerta abierta o un cliché olvidado.
Sin embargo aquí no termina nuestro camino. Esta es solo la primera mutación. Cómo ya dijimos, todo se trata de cambiar los libros por los juguetes, pues ya tenemos los libros. Eso es un avance.

De nuevo, si el momento es el apropiado y la cosecha está en su punto. Los tinteros probablemente ya estén secos y el lapicero harto de escupir, pero nosotros nunca nos cansamos si seguimos los manuales de vida: ‘’dejarse vencer es para cobardes y rendirse no es una posibilidad. ’’El lapicero se nos queda viendo y nos grita.
Deja de ser una extensión de la mano. Ahora es un avión cruzando el ancho mar o una antorcha olímpica con la que corremos, hasta podría convertirse en el amigo imaginario perdido de la infancia.

Al lado de nuestro escritorio tenemos un mundo. La posibilidad de volar a la luna o plantar violetas en el fondo del mar abonándolas a poquitos con sol y estrellas. Y los libros se convierten en juguetes, pero no son ellos los que se transforman, sino vos. Porque ahora no ocupás nada más para gozar ¿Entendés?

David Ching
2009

2 comments:

Kta said...

Me gusta mucho!, pienso que el cambio es lo mas importante que debemos aprender a aceptar. Y me gusta la forma en que lo plantea. Felicidades Ching, esta muy bueno!

Amanda said...

¡Me encantó el post! Creo que dice varias cosas importantes:

1. Mucho de tu visión de mundo.
2. La necesidad de evolucionar de una manera consciente. Una vez un amigo me dijo que la madurez no existe, yo estoy completamente segura que existe, tanto es así que uno mismo puede trabajar por alcanzarla y bueno parte fundamental es justo el entrenamiento intelectual, lo demás podría decirse, viene por providencia.

Saludos...