Tragar grueso
y que los suspiros se peleen con las palabras
Los ojos apagados retratan fracasos
culpas mal nombradas
que pesan en el reloj de bolsillo,
en el marco vacío de la pared,
en la cama individual del cuarto de al lado
El mentón también tiembla
se tropieza con los intentos de dejarse crecer la barba,
con los labios remojados en agua de sal,
con los cabellos erizados detrás de la nuca,
como un adolescente....
¡Como un niño!
Los pómulos inertes e ingratos
cómplices de toda la trama,
de las mentiras
que no fueron mentiras cuando se dijeron,
se quedan quietos.
Mirando las arrugas de una frente que perdió el sol.
Al final
los mismos ojos apagados bajan al pecho
tratando de calmar los nudos de la garganta
e incrustarse en lo más profundo y lo más hondo
para intentar dibujar una sonrisa.
Una sonrisa
que no pasa de la cara
David Ching
2013
Sunday, June 30, 2013
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