Es el juego de atrás:
tragarse la frustración y tirarse a media asta
desnudo,
vacío,
y llorando bajo la lluvia en un rincón oscuro.
Cortarse de forma transversal,
Sin discriminar los temores,
para ver la hamaca del play moviéndose.
Quedarse quieto cómo el pensador
escuchando el raciocinio,
ese que nos grita tirar la toalla
y dejar de presumir arcas vacías.
Con los ojos de un muñeco,
fijos y perdidos,
dejar de seguir desmintiendo verdades
y ver bien el anzuelo.
Al fin y al cabo;
tirar la toalla no es tan fácil,
ni tan justo, ni tan necesario
porque nos gusta creer.
Al fin y al cabo
nos golpea contra el suelo,
y grita, y grita, y grita,
y te arrinconan contra las cuerdas
pero te gusta pensar que sí,
Y no quieres tirar la toalla.
David Ching
2009