Tuesday, January 27, 2009

La Canción de la Vaca Milagros

Todos gritaron tu nombre,
todos sabían quien eras
por ladrones, canallas e innobles
que no supieron esperar que te fueras

Milagro que estabas tranquila
Milagros saliste en la tele
milagro que te quedaste quedita
Milagros, más famosa que la sele.

Enseñaste tu cara por la ventana
de un taxi vestido de rojo,
no entendiste porqué te cobraban
sin cobrar, sin maría ni de antojo


Milagro que estabas tranquila

Milagros, saliste en la tele
milagro que te quedaste quedita
Milagros, más famosa que la sele

El tiempo pasó y todavía
la gente de ti se acordó
más aún que un desolado tranvía
que un loco presidente quitó

Milagro que estabas tranquila
Milagros, saliste en la tele

milagro que te quedaste quedita
Milagro más famosa que la sele

Y en el Parque nacional una vaca
de las tantas vacas que pasaron
Milagros, por milagro se llamaba,
pintada como un taxi robado.

Milagro que estabas quedita
Milagros, saliste en la tele
Milagro que te quedaste quedita
Milagros, más famosa que la sele


David Ching

2008

Tuesday, January 20, 2009

De una decisión

Cuando el costo de oportunidad es muy grande
Y me quedo solo e insostenible
La liquidez se perdió por el arte
En agujeros negros imposibles

Cuando dejé de determinar teoremas
Y abandoné los bemoles y sostenidos
Algo escuché de la lógica dialéctica
Y quise ser asíntota, tendiendo a infinito

Pero todo se dividió entre cero
Y el límite no me bastó
Wikipedia no tuvo el conocimiento
Y el cierre no se justificó

Ahora no encuentro mi tiempo, mi espacio
Escogí un camino y no hay clave de sol
Quiero tender a infinito rogando
Que el capital no destruya mi corazón
David Ching
2008

Thursday, January 8, 2009

Dieciocho años, viviendo de ilusiones y sintiéndose pequeño

¿Sabes? A veces uno no puede evitar sentirse pequeño y vivir de ilusiones.

Cuando toca… caminar por la Plaza de la Cultura mirando abajo, molestado por las palomas. Porqué a veces no hay que salir de este trapecio para sentirse pequeño, basta saber que a los dieciocho habían quienes enaltecían los idiomas o luchaban por lo que creían.

Y es que tal vez suene cliché o cursi, pero uno que se queda aquí, jugando de universitario intelectual bohemio porque eso es lo que uno hace cuando tiene dieciocho años y vive de ilusiones. Pero…¡qué buenos eran esos tiempos! Y ¡Qué bonito hacer algo así!

Sírvame un olafo, porque ahora puedo y se acabaron las clases. No más pseudo-intelectualismos ni esnobismos disfrazados y diluidos porque no hacemos nada y eso me pudre.

Después del olafo es temprano y tal vez tenga ganas de molestar a las palomas en la Plaza de la Cultura o dar una vuelta en el mercado central. A estas horas San José es bello sin embargo…. Aquí, en este círculo, dando vueltas entre facultad y facultad porqué no queremos o nos da pereza algo tan simple como agarrar un bus a Chepe. Tal vez pueda dormir un rato en la veinticuatro o sentarme en el pretil a existir.

Y estar de vuelta a la casa, otra vez, para leer a Julio Cortázar y Joaquín Gutiérrez y sentirse pequeño. O agarrar los anuarios de colegio y repasarlos a cabalidad para volver a sentir las ilusiones de antes. En el mejor de los casos llamar a un amigo, escribir, meterse en un intento de página web donde se refugian algunos blogs o hasta hacer cosas inmorales. Por lo menos es vivir en el hoy y no ser un punto entre A y B como dijo alguien.

Aún así escribir las notas no es suficiente, no rompe esquemas ni se escapa de lo inimaginable. No crea ni destruye nada y se mantiene estático, en gravedad cero, con un mediocre ‘‘super-yo’’ satisfecho y el ‘‘ello’’ tirando flechas detrás de la muralla.

Porque al fin y al cabo eso es lo que uno hace cuando tiene dieciocho años, se siente pequeño y se vive de ilusiones.

David Ching
2009

Tuesday, January 6, 2009

Los seis grados de separación

Atrás de la puerta guardaba viejos rencores empolvados que de vez en cuando sacaba. Tomaba uno por las patitas y lo ponía a bailar sobre su cabeza. Su jefa lo veía de vez en cuando, y lo regañaba.

La jefa era una señora cuarentona que tenía problemas con su esposo ya que este se iba mucho de viaje y desatendía una relación de muchos años.

El esposo visitaba una joven que complacía las fantasías que la jefa no podía.

La joven había conocido al esposo por una fiesta de una amiga del matrimonio.

La amiga quería mucho a un compañero de su hermano que fue novio de la joven.

Un día la jefa no aguantó la curiosidad y le preguntó al que jugaba con la patitas de los rencores: ‘‘¿Qué hay detrás de la puerta?’’

‘‘Una joven que me dejó por un señor casado con una cuarentona, que pronto dejará a su esposa estropeando una relación de muchos años.''

David Ching
2009